lunar y solar / editado por norka korda

domingo, 9 de mayo de 2010

una radiografía del alma


horóscopo del Principe Tamerlane.

Este horóscopo muestra la posición de los cielos en el momento de su nacimiento

el 25 de abril de 1384

wellcome library, london

La carta natal:

El alma del hombre está en un viaje de perfeccionamiento y retorno a sus fuentes que no se puede cumplir en el breve lapso de una vida. A cada nueva encarnación traemos con nosotros la cosecha de experiencia proveniente de vidas anteriores, capacidades latentes en espera de ser cultivadas, excesos que tenemos que ir diluyendo y puntos sobre los cuales trabajar y aprender. Causas que se han puesto en movimiento en existencias previas influyen sobre lo que encontramos en la actual. El alma escoge un determinado momento para nacer porque el momento energético particular, con sus particulares posiciones planetarias, se adecua a las experiencias que necesita en su estadio actual de evolución y crecimiento.

De este modo, cada uno de nosotros nace con un cierto potencial manifiesto en la carta natal. No hay determinismo, destino ni mala suerte, como algunas personas suponen, sino que hay tendencias, ciertas potencialidades a desarrollar y ciertas características a mejorar -o no- siempre dependiendo de nuestro libre albedrío. Es como si fuéramos diamantes en bruto: uno ve la piedra por fuera y no tiene brillo, es áspera, hay que pulirla; pero también sabe que al pulir todas sus facetas y desarrollar sus potenciales va a quedar de manifiesto su esencia, y todos sabemos que esa esencia es bellísima. Pulir cada faceta de nuestras almas puede llevarnos muchas vidas -o tal vez no-, sólo depende de nuestras continuas elecciones.

En este orden de cosas, vemos que la carta astral es un gran mapa representativo y representante fidedigno tanto de nuestras fortalezas como de nuestras debilidades y frustraciones; tanto muestra lo mejor de lo que somos como nuestras propias oscuridades tan temidas y ocultadas.

Lo "bueno" y lo "malo" que atraemos hacia nuestras vidas son tan sólo un mero reflejo de nuestro interior conciente e inconciente. El mapa natal puede indicarnos y señalarnos posibles zonas de conflicto, pero reside en cada uno de nosotros la opción de crecer y evolucionar, eligiendo asumir la plena responsabilidad sobre nosotros mismos, armonizándonos a través de la integración de nuestras áreas fragmentadas, de nuestras sombras.

Es probable que algunas potencialidades ya estén desarrolladas o que estén desarrollándose en nosotros, y que hayamos evolucionado lo suficiente como para haber modificado conductas y pautas que ya no nos sirven. Otras pueden ir apareciendo en el futuro. De todos modos, no todo lo que se percibe en una carta es conciente para la persona implicada. Tal es así, que se dice que la carta natal es una “Radiografía del Alma”, una radiografía en este momento del espacio tiempo.


carta natal de Erasmus, 1790

wellcome library, london


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