lunar y solar / editado por norka korda

martes, 2 de noviembre de 2010

tránsito y progresión


¿Qué diferencia hay entre tránsito y progresión?


¿Cuál es más importante, más significativa?


Ambos son sumamente importantes, las progresiones indican el mundo psicológico actual de la persona, la manera en que va madurando, los tránsitos indican, ante todo cuando se activan los mayores, cuando una potencialidad interna esta madura ya para su desarrollo, de qué manera afrontará una persona dicha situación, los tránsitos muestran qué ha logrado y cómo debe prepararse para proseguir, si estos son tensionados la persona está preparando una base real y firme para enfrentar un mundo diferente que estará plagado de nuevas opciones y oportunidades como responsabilidades en el futuro, a veces inmediato, a veces a largo plazo como es el caso de tránsitos largos y tediosos de Plutón, Urano, Neptuno, Los tránsitos de Saturno son claves en la afirmación de la persona.


Los tránsitos menores logran determinar pequeños aspectos a alcanzar. Son a modo de ensayo, las cuestiones diarias. Van mostrando el camino a proseguir - de errores aprendemos - situaciones rutinarias nos permiten comprender a pequeña escala el actuar de la vida, las alegrías cotidianas nos dan el empuje necesario para tolerar ciertas presiones que ejercen los mayores en tránsito. Dichas presiones nos obligan a buscar recursos internos, observar detenidamente en que hemos fallado y consecuentemente reahacer o reforzar aquello que la vida esta indicando debemos desarrollar. Cuando nos obsesionamos ante algo estamos experimentando un gran bloqueo, dicha experiencia posee un fin, al cabo de dicha obsesión ya estamos preparados para aceptarnos y trabajar en lo que somos, evitamos sufrir. Cuando nos resistimos a enfrentar estas experiencias que no son muy alegres que digamos la fuerza de la vida nos lleva por medio del error a aprender del mismo. algunos errores pueden llevarnos muchos años de la vida darnos cuenta donde estamos pisando y que estamos haciendo mal. Los tránsitos de Saturno nos obligan a cambiar de actitud, a sentar una base dentro de una disciplina, los de Neptuno a consolidar lo logrado... un tránsito de Neptuno puede ser terriblemente carnicero, más aún que Plutón o Urano, pero al final sabremos quienes somos y a que hemos venido....


Es muy diferente que progrese o transite Venus sobre Plutón que progrese Plutón o transite sobre Venus, si es Venus quien transita la persona actuarà por medio de signos, situaciones acontecimientos, manejará como pueda la situación y comprenderá en alguna medida el significado de las experiencias, es hasta cierto punto manejable, pero cuando Plutón actúa es muy diferente, cualquier planeta que contacte Plutón lo transforma, quiera o no, y los acontecimientos son de origen sutíl y profundo desde el instinto y el inconsciente, el ser nuclear le llevará por medio de esta fuerza a experimentar situaciones profundas y transformadoras, de carácter desgarrante al principio, para luego transformar y curar estas heridas acontecidas anteriormente. Como sea la experiencia luego del paso de Plutón sobre Venus la persona no volverá a ser la misma jamás, habrá transformado totalmente su forma de amar y dejar ser amado, su forma de compartir y buscar serenidad, paz armonia etc etc, dejará trivialidades de lado e irá a lo concreto, es el regalo de Plutón, con el dejamos las superficialidades de lado y aprendemos a darle el verdadero valor a las cosas segun percibimos, no segun nos dicen... en otras palabras aprendemos a amarnos y a aceptarnos, solo asi podemos amar a otra persona y aceptarla como es, con defectos y virtudes.


En la mitología griega Plutón aparece con tesoros en las manos, con riquezas y demás cosas. Si tenemos en cuenta esto, podremos comprender que la función de Plutón es esa justamente, entregarnos en las manos nuestros tesoros (valores) internos, pero para eso debemos conocer aquello que nos impide internamente llegar al mismo, enfrentarlo y transformarlo... nos enfrentaremos con nuestras peores partes internas, aquellas que nos averguenzan y las ocultamos, la vida nos enfrentará a situaciones donde estas partes primitivas puedan manifestarse, en su verdadera forma, aceptarnos significa aceptar que esto también es parte nuestra y podemos cambiarla, nos volveremos más flexibles, menos posesivos y más tolerantes, aceptaremos cosas que antes jamás hubieramos soñado bajo ninguna condición, comprenderemos naturalezas de otras personas que antes nos asustaban por prejuicios bien establecidos, aprendemos a relacionarnos y que lo que para algunos esta mal para otros esta bien, el respeto mutuo es lo que permite la convivencia, compartir y comprender siempre nos cuesta lograr en su totalidad, por causa del ego claro está. Venus es otro de los planetas personales que contribuye a la conformación del ego.


La Rueda de la Fortuna se calcula mediante esta sencilla fórmula: AS + Luna – Sol en los nacimientos nocturnos. Es decir, a la longitud eclíptica del ascendente se le suma la de la Luna y se le resta la del Sol. Y en los nacimientos diurnos, del arco que se forma entre el Sol y la Luna, añadido al Ascendente. Se supone que allí donde se ubique la Rueda de la Fortuna habrá una suerte o protección especial, según lo que represente el signo y la casa en que se halle. Ese punto sensitivo señala aquel lugar en la carta astral donde el Sol, la Luna y el Ascendente se pueden expresar de la forma más armoniosa. Así pues, indica (por emplazamiento) aquella esfera de la vida que nos ofrece la mejor opción de experimentar verdadera felicidad; nos muestra el lugar donde está escondido nuestro tesoro, nuestra auténtica fortuna.


Como es de suponer, no es casualidad que el cálculo del Punto de la Fortuna se base en las posiciones del Ascendente, del Sol, de la Luna.


Los astrólogos tradicionales consideran que esas tres energías son fundamentales para el hombre (por ese orden) y que tienen una influencia considerable sobre la formación de su carácter.


En la interpretación tradicional, la analogía esencial del Parte de Fortuna se asocia con la vida, el cuerpo, el alma, la fuerza del alma, el provecho, la riqueza o la pobreza, el dinero, la pesadez o ligereza, los bienes adquiridos o comprados, la buena reputación, el reconocimiento, etc.


Algunos astrólogos modernos han tratado de transmitir la íntima relación que existe entre el ASC y el Parte de la Fortuna. Para ellos, el ascendente indica la forma en que la persona logrará adaptarse y comunicarse con el entorno inmediato.


En cuanto al PF, traduce todo aquello captado del entorno por el Ascendente, y lo incorpora al mundo interno. Cuando ambas fuerzas trabajan coordinadas, se consigue lo mejor. La persona se adapta y consigue relacionar ambos mundos, interno y externo; comprende al mundo externo, así como sus pautas establecidas, y las relaciona con sus pautas internas; de esta forma logra traducir la información del incosciente hacia el Ascendente, y éste lo adaptará al medio.


Por otro lado, el regente del signo donde se encuentra el Parte de la Fortuna indicará la primera motivación real del Ser para activar al Ascendente y buscar la adaptación y la aceptación. Si esta fuerza fracasa o no, estará indicado por posición y aspectos del regente del signo donde se encuentra el PF.


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